lunes, 14 de marzo de 2011

Una Navidad en familia


Del libro Creía que mi padre era Dios (Paul Auster, 2001)

Mi padre me contó esta historia. Sucedió a principios de la década de 1920 en Seattle, antes de que yo naciera. Él era el mayor de seis hermanos y una hermana, algunos de los cuales ya no vivían en casa de sus padres.

     La economía familiar había recibido un duro golpe. El negocio de mi padre había quebrado,  casi no había trabajo y el país estaba al borde de la quiebra. Aquel año teníamos un árbol de Navidad, pero no teníamos regalos. Sencillamente no podíamos permitírnoslo. En Nochebuena todos nos fuimos a la cama con los ánimos bastante bajos.
     Pero lo increíble fue que, al despertarnos la mañana de Navidad, nos encontramos con un montón de regalos bajo el árbol. Intentamos mantener la calma durante el desayuno pero acabamos con él en tiempo récord.
     Entonces comenzó la diversión. La primera fue mi madre. Todos la rodeamos llenos de curiosidad y, cuando abrió su paquete, vimos que le habían regalado un viejo chal que "había perdido" hacía ya muchos meses. A mi padre le tocó un hacha con el mango roto. A mi hermana, sus viejas zapatillas de andar por casa. Uno de los chicos recibió unos pantalones remendados y arrugados. A mí me tocó un sombrero, el que yo creía haberme dejado en un restaurante, allá por el mes de noviembre.
     Cada una de aquellas cosas desechadas representó una total sorpresa. Al poco rato nos entró tal ataque de risa que apenas podíamos desatar el lazo del siguiente paquete. Pero ¿De dónde procedía tanta generosidad? Todo había sido obra de mi hermano Morris. Durante muchos meses había estado escondiendo en secreto cosas viejas que él sabía que no echaríamos de menos. Entonces, en Nochebuena, después de que todos nos hubiésemos ido a la cama, había envuelto los regalos y, silenciosamente, los había colocado bajo el árbol.
      Recuerdo aquella Navidad como una de las más bonitas de mi vida.

DON GRAVES
Anchorage, Alaska

jueves, 10 de marzo de 2011

Empezamos



No comienzo este blog con la intención de tener muchas visitas. No lo hago por los posibles lectores. No lo hago para tener muchos comentarios ni por afán de ganar nada.

Comienzo este blog para continuar algo que se inició con un curso de ilustración que hice en La Massana en el año 2011. La imagen de arriba es la portada del proyecto final que hice para el curso. Ahora se ha acabado y he descubierto todo un mundo al que no quiero darle un final. Quiero que este blog sea un inicio.

Actualizado: nueva forma para poder ver el cuento sin  necesidad de descargas aquí.